
Con este inicio de año, refiriéndome a los 31 días que acaban de transcurrir, no sé si pasó un mes, un año o una década.
¡Vaya entrada la que nos dejaste, Enero!
El primer mes del año siempre es retador, lo admito. Traemos tantas expectativas, entusiasmo y un extra de adrenalina que queremos juntar todo y gritar ¡Listo, lo logré!
Claro está, que nos apresuramos sin considerar que venimos de un largo acumulo de emociones que Navidad y Año nuevo nos brindó, y que nuestro cuerpo sólo está pidiendo un pequeño descanso y nuestra mente allí lentico nos susurra: con calma, por favor.
Todo esto nos va restando ritmo, energía y hasta nos retrasa en dar ese primer paso el día 1 ó el primer lunes.
Los días transcurren y sentimos que en vez de avanzar, nos paramos en una brecha del camino donde nos da temor cruzar. Y aquí es donde les digo: ¡No se preocupen, es normal!
Enero nos mostró que su función era simplemente enseñarnos que sí estamos preparados para lo que viene, que esas 05 interminables semanas era el tiempo perfecto para organizarnos y que sus 31 días eran los necesarios para encontrar nuestro BALANCE.
Menos mal ya entramos en el mes del Amor, porque si algo necesitamos es que ese sentimiento se conserve dentro de nosotros, nos permita actuar desde él, y lo más importante, podamos compartirlo con el entorno, de seguro más de uno lo está necesitando.
Con esto, quiero invitarlos a que NO se detengan, sigan firme en sus metas, vayan por ellas, sin miedo y sin titubeos.
Todo inicio es cuesta arriba, y todo final tiene su recompensa.
Que disfruten su año 2020, que sea un ciclo de brillo para ustedes.
Respira y Vive