Alemania (177)

Por: Jessica Campos

Existen personas que van por la vida con un único propósito: la entrega de regalos. A muchos nos parecería sorprendente este maravilloso acto y hasta nos gustaría contar con el tiempo y la disposición para copiar tal gestión. Sin embargo, en esta ocasión, el tipo de regalo al que me refiero es aquel que nadie quiere recibir. Sí, así como lo lees, por muy agradable que sea la intención, preferimos no recibirlos.

Son esos regalos cuyo envoltorio reconocemos a distancia con nuestra mirada, y que al identificarlos buscamos la salida más próxima para no ser electos como ganador, pero en algunos casos no existe tiempo suficiente para ello, en un abrir y cerrar de ojos ya están allí, frente a nosotros, sin pedirlos, sin merecerlos, sin quererlos. Para resumir, se trata de ese regalo que viene cargado de ira, gritos, insultos, descontento, emociones, todo un sinfín de energías y que sólo requiere sea aceptado para salir a gusto en su máxima expresión.

Es impresionante la labor de las personas que cuentan con ese don especial para hacer entrega de una gran cantidad de estos regalos durante el día; y pobre de aquel que cuente con la suerte de recibir más de uno. Me atrevo a decir pobre, porque hasta ahora creo que ya hemos identificado el tipo de personas que hace entrega de ellos, el regalo que traen consigo y el placer que el momento genera.

Hace poco pude toparme con una de estas personas. Desde lejos la vi y al observar ese envoltorio de inmediato identifiqué ese regalo. Mientras recorría su trayecto, mi corazón comenzó a tener la sensación de ir en un Jet Ski con conductor aficionado, esa sensación donde le das la bienvenida a la llamada adrenalina; por tanto me dispuse a seleccionar cualquier práctica que me permitiera sobrellevar ese momento en el cual en pocos instantes me tocaría cumplir como espectadora. Miles de opciones pasaron por mi mente en cuestión de segundos; y en el intento de realizar varias plegarias para encomendarme a Dios, repetir cualquier afirmación cuyo factor común fuese un Todo está bien, iniciar un conteo hasta diez, cien o mil, o quizás trasladarme mentalmente a un paseo en bote por los hermosos canales marrones de Amsterdam; el momento ocurrió. En ese instante, sin más, abrí mis ojos y de mí solo salió un temible: ¡TE REGALO TU REGALO! Prefiero no contarles el desenlace.

Quiero explicar por qué he resaltado la palabra aceptado en el segundo párrafo. Nosotros como personas somos capaces de seleccionar todo aquello que nos hace sentir bien. Bien lo explicaba en el post anterior Receta para la FELICIDAD, debemos identificar aquellos sentimientos de felicidad que hacen enriquecer nuestro corazón, nuestra alma. De igual forma estamos en la constante búsqueda de condiciones que nos permitan vivir en el escenario más óptimo de nuestro entorno. Es por ello, que tratamos de evitar este tipo de momentos, y de devolver aquellos regalos que sabemos no merecemos. Se trata de no aceptarlos, simplemente debemos dar gracias por su intención y seguir adelante.

Aunado a esto, es importante hacer una visión interna, evaluando si nosotros estamos haciendo entrega de este tipo de regalos, porque de ser así, es vital comprender que el único destino que tendrán estos regalos es a nosotros mismos. Imagínate por un momento tu hogar, tu vehículo o tu lugar de trabajo lleno de todos esos regalos devueltos. Con sólo disponerlos en el lugar, están obstaculizando ese espacio que es tuyo, el que compartes con tus seres queridos. Ahora visualiza abriéndolos todos al mismo tiempo, porque al fin y al cabo son tus regalos; el impacto que se generaría en el lugar sería extraordinario, llenarías el lugar de insultos, gritos, gestos y hasta pensamientos que tu cuerpo y tu mente no soportarían. Todo esto sin mencionar el sentimiento que queda al observar que todo el tiempo, dedicación y energía invertida en prepararlos fue una pérdida.

Propongo que hagamos una mejor labor, por nosotros, por la persona que tenemos al lado, por aquella que hace escasos minutos conocimos, por nuestros seguidores en las redes sociales, por nuestras mascotas, por nuestro entorno, por el mundo en general, preguntémonos hoy:

¿Qué tipo de regalos estamos entregando?

Respira y vive.

7 comentarios

  1. ¡Te regalo tu regalo! (Toma tu tomate, diría yo)
    Esa conducta que explicas es de aquellas personas que le gusta dar “regalos “y no necesariamente nutritivos y que faciliten procesos de fortalecimiento espiritual y conductual en el otro. Son aquellas que hoy, los llamarían toxicas, pero me parece que el problema que expresa su conducta, es producto de una causa de baja autoestima y poco desarrollo espiritual y crecimiento persona. Esas conductas las vemos en parejas, padres, profesores, jefes, entre otros.
    En nuestro contexto muy poco se ha hecho en formar a los hombres y mujeres en personas .De este punto claves y crucial empieza el problema de la poca evolución del ser humano.
    Como resolver el problema? Modelando la conducta a seguir, por un lado y por el otro, darle feeback o confrontar con asertividad y empatía.
    Siempre cuando regalo al otro, es darle un obsequio espiritual, intelectual, emocional o material, lo que me gusta y por eso se lo doy, en otras palabras, doy lo que me gusta y no doy lo que no me gusta que me den a mi.
    Es el tipo de regalo que doy.
    Arturo G. Mengual

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  2. Muy importante evaluar que tipo de regalos vamos dando nosotros mismos. Pienso que si lo vemos desde el enfoque de que día a día tenemos la oportunidad de hacer un regalo a cada persona con la que interactuamos, nuestra perspectiva cambia y nos hacemos consientes de la importancia de lo que hacemos y decimos. Interesante enfoque 😉

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  3. Particularmente pienso que la gente que se dedica a dar ese tipo de regalos diariamente, de los cuales no somos merecedores sin duda alguna, esa gente no tiene idea de la perdida de tiempo que estan generando en sus vidas, pues la vida es una sola y estamos aqui para vivirla en armonia y rescatar siempre las cosas positivas bajo cualquier situacion, pero en resumen somos nosotros los que debemos decidir si queremos personas toxicas en nuestra vida o no…

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  4. Tomando las palabras de la Autora:
    » Para resumir, se trata de ese regalo que viene cargado de ira, gritos, insultos, descontento, emociones, todo un sinfín de energías y que sólo requiere sea aceptado para salir a gusto en su máxima expresión. .. »

    Simpre he considerado que este tipo de provienen de personas cargadas de un alto nivel de infelicidad e insatisfaccion que no saben canalizar o superar. Es por eso que creo que siempren andan en la busqueda de una victima que Acepte sus regalos y poder darle asi sentido a su vida gris. He observado que habitualmente sus objeto o vitictimas son personas que brillan con luz propia. Asi que si en su entorno logra identificar estos personajes por favor no caiga en su juego, no permita que le roben su luz, paz o felicidad evite engancharse con este tipo de personas. Solo dejele su regalo….. prometase asi mismo que el unico dueno del control de su vida es solo suyo.

    A la joven autora Jessica Medina indentificada con blog ….

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